top of page

Artillería hoy: de nuevo, ultima ratio regis

  • Foto del escritor: mmonfortem
    mmonfortem
  • hace 3 horas
  • 9 Min. de lectura

Manfredo Monforte Moreno

GD (r) Dr. Ingeniero de Armamento. MBA. MTIC. Artillero

De la Academia de las Ciencias y las Artes Militares

 

Desde que tuve la oportunidad, como jefe de ingeniería del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra junto al jefe de programa, coronel Tejada Ximénez de Olaso, de recibir en Trubia los últimos obuses SBS 155/52 SIAC de la serie, para probarlos después en El Teleno, ante la presencia del jefe del Mando de Artillería de Campaña, general García-Vaquero Pradal, han pasado trece años durante los cuales se han encadenado numerosos avances, como la incorporación del sistema Talos, de GMV, la adquisición de municiones Excalibur y ER02 o la llegada de las cargas modulares.

Muchos años antes, allá por 1979 me incorporé al Grupo de Artillería de Campaña ATP XII —el expedicionario— que contaba con piezas M109 A1B de 155/39. Todavía prestaban servicio los M108 de 105/30. Estos últimos desaparecieron del inventario artillero español. Las primeras siguen en servicio casi 50 años más tarde tras algunos retoques. La artillería cohete desapareció tras dar de baja el sistema Teruel y el fracaso de los MC25. La artillería fija de costa se amortizó, dejando tan solo piezas remolcadas de 155/52. Hoy sigue en ejecución del proyecto “Paloma Alta” por parte de la Asociación Conde de Gazola con la intención de no perder el extraordinario patrimonio militar repartido por las cosas españolas. Basta recordar que un cañón fabricado en Sevilla —el Tigre— impidió la toma de Tenerife por lo ingleses y le costó un brazo a Nelson, a quien dejamos escapar para que luego nos venciese en Trafalgar.

Impulsada por las lecciones de conflictos recientes y los avances tecnológicos, la artillería de campaña está experimentando una transformación significativa, aunque no disruptiva como podría protagonizar el cañón electromagnético. De hecho, se ha puesto de manifiesto una serie de características deseables a las que no se puede renunciar:

1. Mayor movilidad y supervivencia

·         Obuses autopropulsados: existe una clara tendencia hacia sistemas autopropulsados, tanto cadenas como ruedas, pues ofrecen una mayor movilidad táctica y estratégica, permitiendo un despliegue y repliegue rápidos para evitar el fuego enemigo ("shoot and scoot"). La única excepción pueden ser los materiales destinados a operaciones en montaña, paracaidistas o especiales, donde la ligereza de la boca de fuego es una de las exigencias operativas.

·         Artillería sobre camiones: los obuses montados en camiones están ganando popularidad por su equilibrio entre movilidad por carretera y capacidad de fuego.

·         Blindaje mejorado: se busca una mayor protección para las tripulaciones contra fuego de contrabatería, drones, metralla y armas ligeras.

·         Combinación con sistemas de mortero de 81 y 120 mm sobre vehículo ligero, de rápida entrada y salida de posición y coordinados con fuegos de mayor alcance.

2. Aumento del alcance y la precisión

·         Tubos de mayor calibre y longitud: se están desarrollando sistemas con tubos más largos (más de 52 calibres) para lograr alcances superiores a los 40-50 km con munición convencional y significativamente mayores con proyectiles asistidos. En algunos casos se recurre a proyectiles subcalibrados, como el famoso ERFB con base bleed del Dr. Bull. Podríamos recordar el famoso M107 de 175/60, un material que cayó en desuso evolucionando al M110 de 203/43 mm que también fue abandonado en su momento, ya que el 203 podría ser un vector nuclear táctico, una idea desechada hace tiempo.

·         Municiones guiadas de precisión: el desarrollo y la adopción de proyectiles guiados por GPS/Galileo u otros sistemas (como el Excalibur o con espoletas de corrección de trayectoria) están aumentando la precisión, reduciendo el daño colateral y permitiendo atacar objetivos de alto valor con un menor número de disparos.

·         Sistemas de control de fuego avanzados: la integración de sistemas digitales de control de fuego, navegación inercial y satelital mejora la puntería y la velocidad de respuesta.

·         Comunicaciones seguras y robustas para la gestión de datos en la nube táctica o sobre un enjambre de nubes (una por pieza).

3. Automatización y reducción del número de sirvientes

·         Sistemas de carga automática: se están implementando sistemas de carga automática de proyectiles y cargas modulares para aumentar la cadencia de fuego y reducir el tamaño de la tripulación, algo incompatible con el uso de cargas de proyección en saquetes. La obturación sigue siendo un factor crítico de diseño.

·         Piezas de artillería no tripuladas, algunas como nómadas, otras en enjambre alrededor de una “nodriza” tripulada o no.

·         Torres estabilizadas para tirar en movimiento —o poder hacerlo—.

4. Integración con otras tecnologías:

·         Sistemas de mando y control en red: la artillería se está integrando cada vez más en sistemas de mando y control digitales que permiten una mejor coordinación con otras unidades, el intercambio de información en tiempo real y la adquisición de objetivos, todos ellos integrados en una federación de nubes seguras de combate.

·         Sensores y drones: la colaboración con drones y otros sensores para la identificación y designación de objetivos es crucial para maximizar la eficacia de la artillería.

·         Guerra electrónica: se están desarrollando capacidades para contrarrestar las amenazas de guerra electrónica y utilizarla para interferir con los sistemas enemigos.

·         Municiones con materias activas de baja vulnerabilidad (LOVA) para incrementar la probabilidad de supervivencia en caso de ataque.

5. Énfasis en la interoperabilidad

·         Municiones estandarizadas: existe un esfuerzo por utilizar municiones que cumplan con estándares internacionales (como el Joint Ballistics Memorandum of Understanding —JBMoU de la OTAN—) para facilitar la interoperabilidad entre diferentes países.

6. Artillería misil tierra-tierra y cohete

El uso de cohetes con y sin guía terminal y misiles tierra-tierra está marcado por una serie de factores clave, como el mayor alcance —de centenares de kilómetros—, la saturación de zonas, la mayor cantidad de explosivo que pueden transportar, los avances tecnológicos en cuanto a propulsores y precisión, las lecciones aprendidas en conflictos recientes y la evolución de la doctrina de empleo:

A.    Aumento de la precisión y reducción del daño colateral:

·         Sistemas de guía avanzados: se están implementando sistemas de guía cada vez más sofisticados, como GPS/Galileo, elementos de navegación inercial y sistemas de guiado terminal (por ejemplo, infrarrojos o láser), para aumentar la precisión y minimizar el daño sobre objetivos no militares.

·         Municiones de efectos dirigidos: se desarrollan ojivas con capacidad de fragmentación controlada o cargas huecas múltiples para optimizar los efectos sobre el objetivo deseado y reducir la dispersión, aunque la prohibición de las municiones de racimo puede impedir algunos desarrollos.

 B.      Mayor alcance y capacidad de ataque profundo:

·         Desarrollo de misiles y drones letalizados de largo alcance: existe una tendencia hacia el desarrollo y despliegue de misiles con alcances cada vez mayores, permitiendo atacar objetivos estratégicos en la retaguardia del enemigo.

·         Misiles de crucero terrestres: estos misiles, con capacidad de vuelo sostenido dentro de la atmósfera, ofrecen la posibilidad de atacar objetivos a gran distancia con alta precisión, aunque el límite en los países occidentales se fija en 500 km y a 1,000 para la Federación Rusa.

 

C.      Hacia los ingenios hipersónicos

·         Misiles hipersónicos: el desarrollo de misiles que viajan a velocidades superiores a Mach 5 representa un cambio disruptivo. Estos ingenios son difíciles de interceptar debido a su velocidad y maniobrabilidad. Tanto misiles de crucero hipersónicos (HCM) como vehículos de planeo hipersónicos (HGV) están en desarrollo y despliegue (?).

 D.    Mayor movilidad y capacidad de supervivencia de las plataformas de lanzamiento:

·         Sistemas móviles terrestres: los lanzadores de misiles montados en vehículos de alta movilidad (TEL - Transporter Erector Launcher) aumentan la capacidad de supervivencia al dificultar su detección y ataque.

·         Sistemas de lanzamiento encubiertos: se exploran opciones de lanzamiento desde contenedores marítimos o terrestres para aumentar la sorpresa y la dificultad de la contrainteligencia enemiga.

 E.     Integración en redes de mando y control:

·         Sistemas C4I avanzados: los sistemas de cohetes y misiles se integran cada vez más en redes de mando, control, comunicaciones, computadoras e inteligencia (C4I) para mejorar la conciencia situacional, la selección de objetivos y la coordinación con otras fuerzas.

·         Capacidad de ataque coordinado: la capacidad de lanzar salvas de cohetes o misiles desde diferentes plataformas y dirigirlos a múltiples objetivos de forma sincronizada aumenta la letalidad y la complejidad para las defensas enemigas.

 F.      Municiones merodearas y drones letalizados:

·         Si bien técnicamente son vehículos aéreos no tripulados, los sistemas drones kamikaze con capacidad de ataque terrestre están difuminando las líneas entre la artillería de cohetes/misiles y la aviación táctica. Ofrecen una opción de ataque de precisión a menor costo que los misiles tradicionales.

 G.    Contramedidas y guerra electrónica:

·         Paralelamente al desarrollo de misiles más avanzados, se invierte en contramedidas electrónicas (ECM) para interferir con los sistemas de guía enemigos y en señuelos para confundir sus defensas.

 

H.    Proliferación y uso en conflictos asimétricos:

·         Los cohetes de menor alcance y fabricación más sencilla siguen siendo una característica de los conflictos asimétricos, utilizados por actores no estatales debido a su relativa disponibilidad y bajo costo (aunque con menor precisión y alcance).

En resumen, el futuro del uso de cohetes y misiles tierra-tierra se dirige hacia sistemas más precisos, de mayor alcance, hipersónicos y mejor integrados en arquitecturas de mando y control. La movilidad y la capacidad de supervivencia de las plataformas de lanzamiento, junto con el desarrollo de contramedidas, son áreas clave. Además, la proliferación de estos sistemas y su uso en conflictos asimétricos continúan siendo una preocupación importante en el panorama de la seguridad global.

Mejoras en la artillería de campaña y costa española

Mejorar la artillería española requiere un enfoque polifacético que abarque la modernización de equipos, la mejora de la formación y la adaptación a las nuevas tendencias y amenazas. Lo primero: modernización o sustitución de los sistemas de artillería actuales.

·         Obuses autopropulsados: evaluar la adquisición de obuses autopropulsados de última generación, tanto sobre ruedas como sobre orugas, para aumentar la movilidad, la protección y la cadencia de fuego. Los actuales M109A5 son sistemas obsoletos que necesitan un reemplazo.

·         Obuses remolcados: si bien son más económicos, se podría considerar la adquisición de obuses remolcados más modernos con mayor alcance y sistemas de puntería digitalizados, como el M777 americano. La modernización de los actuales obuses remolcados 155/52 SIAC es un paso positivo, pero podría ser insuficiente a largo plazo.

·         Adquisición de munición de precisión: invertir en la adquisición de municiones guiadas de precisión como el Excalibur para aumentar la eficacia contra objetivos de alto valor y reducir el riesgo de daño colateral. Esto ya se está implementando, pero se podría ampliar.

·         Sistemas de carga automática: explorar la incorporación de sistemas de carga automática en los nuevos obuses para aumentar la cadencia de fuego y reducir la fatiga de la tripulación.

·         Sistemas lanzacohetes de largo alcance: considerar la adquisición de sistemas de lanzacohetes de largo alcance con capacidad para atacar objetivos a distancias significativas, como el PULS israelí en proceso de adquisición.

·         Misiles tácticos: evaluar la incorporación de misiles balísticos tácticos o misiles de crucero terrestres para complementar la artillería convencional y proporcionar una capacidad de ataque profundo.

·         Digitalización completa: implementar sistemas de mando y control digitales e integrados en nubes seguras de combate que permitan una comunicación fluida y en tiempo real entre las unidades de artillería, los observadores avanzados y otros elementos de combate.

·         Integración con sistemas de inteligencia, vigilancia, adquisición de objetivos y reconocimiento (ISTAR), incluyendo drones y otros sensores, para una identificación y designación de objetivos más rápida y precisa.

·         Desarrollo de la conciencia situacional y la guerra electrónica

·         Sistemas de detección de fuego enemigo: invertir en radares de contrabatería y otros sistemas para detectar y localizar rápidamente el fuego de artillería enemigo y permitir una respuesta eficaz.

·         Capacidades de guerra electrónica: desarrollar capacidades de guerra electrónica para proteger los propios sistemas de comunicaciones y navegación, así como para interferir con los sistemas enemigos.

·         Formación y doctrina: desarrollar programas de entrenamiento avanzado que incluyan el uso de simuladores y ejercicios conjuntos entre unidades para maximizar la eficacia de la artillería en escenarios complejos.

·         Adaptación doctrinal: revisar y adaptar la doctrina de empleo de la artillería de campaña para integrar las nuevas tecnologías y tácticas, aprovechando al máximo sus capacidades.

·         Investigación y desarrollo: fomentar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías en el ámbito de la artillería, incluyendo municiones inteligentes, sistemas de propulsión avanzados y soluciones de automatización.

·         Colaboración industrial: establecer colaboraciones con la industria nacional e internacional para el desarrollo y la producción de sistemas de artillería de vanguardia.

·         Interoperabilidad: asegurar la interoperabilidad de los sistemas de artillería españoles con los de los aliados de la OTAN en términos de municiones, comunicaciones y procedimientos.

En resumen, la mejora de la artillería de campaña española pasa por una inversión estratégica en la modernización de equipos, la adopción de tecnologías de precisión y largo alcance, la digitalización de los sistemas de mando y control, la mejora de la formación y la adaptación doctrinal a los nuevos desafíos del campo de batalla moderno. Es crucial reconocer la importancia de la artillería en el contexto actual y futuro de los conflictos y priorizar su modernización para mantener una capacidad de defensa eficaz.

Los conflictos recientes han demostrado la continua relevancia de la artillería para proporcionar los apoyos de fuego, suprimir las defensas enemigas y lograr la superioridad en el campo de batalla. En resumen, la artillería de campaña moderna se dirige hacia sistemas más móviles, precisos, automatizados e integrados en redes de información, con un enfoque en aumentar el alcance, la supervivencia y la eficacia en el campo de batalla. La tendencia hacia los obuses autopropulsados parece consolidarse, mientras que la tecnología continúa impulsando mejoras significativas en la munición y los sistemas de control de fuego.


Imágenes: Google images

 
 
 

Comments


Post: Blog2_Post

609059899

Subscribe Form

Thanks for submitting!

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn

©2020 por Manfredo y la industria de Defensa. Creada con Wix.com

bottom of page