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Protegerse: cascos y chalecos

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  • hace 6 días
  • 9 Min. de lectura

Manfredo Monforte Moreno.

GD (r) Dr. Ingeniero de Armamento. MBA. MTIC. Artillero.

De la Academia de las Ciencias y las Artes Militares.

 

En España, la fabricación y el suministro de uniformes y equipos de protección individual a las Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es un sector consolidado que cuenta con empresas innovadoras y solventes. En el ámbito militar, dos son los elementos básicos para la protección del combatiente: el casco y el chaleco antifragmentos.

Los cascos de combate han evolucionado drásticamente a lo largo de la historia, pasando de simples protecciones de cuero o metal a complejos sistemas balísticos que utilizan materiales avanzados y diseños ergonómicos. Actualmente, su función principal es proteger al soldado de amenazas como fragmentos de explosiones, proyectiles de armas ligeras y lesiones por impacto.

Los cascos modernos ya no son de acero y se clasifican principalmente según su nivel de protección, su forma y su diseño, que a menudo está optimizado para diferentes necesidades tácticas. Algunos de los tipos más comunes incluyen:

·         MICH (Modular Integrated Communications Helmet, casco modular con comunicación integrada) es un casco de combate y uno de los varios usados por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Fue desarrollado por Soldier Systems Center en 2001.

·         PASGT (Personal Armor System for Ground Troops): introducido en la década de 1980, representó un gran avance al ser uno de los primeros cascos en incorporar Kevlar. Ofrece una buena protección balística y cobertura, aunque es más pesado y menos adaptable que los modelos más recientes. Es reconocible por su diseño "corte bajo" que cubre las orejas y la nuca.

·         ACH (Advanced Combat Helmet): desarrollado como una mejora del MICH, es una versión que ofrece mayor rendimiento balístico y comodidad. Tiene un diseño de corte más alto que el PASGT, lo que permite mejor compatibilidad con auriculares de comunicación y otros equipos tácticos, aunque con una ligera reducción en la cobertura de las orejas.

·         LWH (Lightweight Helmet): diseñado por el cuerpo de marines de EE. UU. y en servicio desde 2003, el LWH es similar al ACH en sus capacidades y diseño, pero prima la ligereza.

·         ECH (Enhanced Combat Helmet): este casco es más ligero que sus predecesores, como el ACH y el MICH, al tiempo que proporciona una mayor protección, especialmente contra proyectiles de fusil y fragmentación. Su ligereza se logra utilizando polietileno de ultra alto peso molecular (UHMWPE) en lugar de Kevlar o Twaron como material principal.

·         FAST (Future Assault Shell Technology): presentado en 2009, se basa en compuestos de polietileno de peso molecular ultra alto. Se caracteriza por un diseño de "corte alto" o "corte súper alto" en los laterales, que maximiza la compatibilidad con dispositivos de comunicación, gafas de visión nocturna y otros accesorios, a expensas de una menor cobertura en las orejas. Son muy populares en operaciones especiales debido a su ligereza y modularidad.

·         IHPS (Integrated Head Protection System): es el casco de combate más avanzado desarrollado hasta la fecha, diseñado para ser más ligero y resistente contra disparos de fusil. El NG-IHPS (Next Generation-IHPS) es una mejora significativa que reduce el peso en un 40% mientras aumenta la protección. Permite una integración perfecta con equipos de comunicación y otros dispositivos.

La evolución de los cascos de combate está directamente ligada al desarrollo de nuevos materiales que ofrecen una mayor protección con menor peso. Los materiales principales utilizados hoy en día incluyen:

·         Kevlar: es una fibra aramida ampliamente reconocida y utilizada en cascos balísticos desde la década de 1980. Es conocido por su alta relación resistencia-peso y su capacidad para absorber y disipar la energía de los impactos. Los cascos de Kevlar ofrecen una excelente protección contra la fragmentación y el trauma por impacto, siendo resistentes a la abrasión y a las llamas.

·         Polietileno de Ultra Alto Peso Molecular: este material es cada vez más común en los cascos balísticos avanzados. Es excepcionalmente fuerte y ligero, ofreciendo una protección balística comparable o superior al Kevlar, pero con un peso significativamente menor. Los cascos de UHMWPE suelen ser más ligeros y proporcionan una buena protección contra la mayoría de las amenazas balísticas.

·         Fibras aramídicas (como Twaron): similares al Kevlar, algunas fibras aramídicas ofrecen excelentes propiedades mecánicas, resistencia química y estabilidad térmica, además de una gran durabilidad.

·         Materiales compuestos avanzados: muchos cascos modernos combinan diferentes capas de Kevlar, UHMWPE y otras fibras sintéticas o resinas poliméricas en una matriz compuesta. Estos compuestos se moldean a alta presión y temperatura para crear una estructura rígida y resistente que puede absorber y dispersar la energía de un impacto de manera eficiente.

Los cascos balísticos son sometidos a pruebas rigurosas, como la prueba V50 (para medir la resistencia a la penetración) y la prueba de deformación de la parte trasera (para evaluar la protección contra impactos contundentes o “trauma”), para asegurar que cumplen con los estándares de seguridad establecidos. Para asegurar la ergonomía de los cascos, se fabrican en dos o tres tallas para adaptarse a cabezas de distinto tamaño.

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Los chalecos de protección corporal son equipos de protección individual (EPI) diseñados para salvaguardar a las personas de diferentes tipos de amenazas. Aunque comúnmente se les llama "chalecos antibalas", existen distintas categorías con protecciones específicas y materiales de fabricación variados adaptados a la amenaza principal que buscan mitigar.

Es fundamental distinguir entre los diferentes tipos de chalecos, ya que sus materiales y construcción están optimizados para amenazas específicas:

·         Chalecos antibalas o balísticos: diseñados para detener o desacelerar proyectiles disparados por armas de fuego. No buscan "detener" la bala completamente, sino más bien deformarla y dispersar su energía cinética en un área amplia del chaleco, evitando así la penetración y minimizando el trauma por impacto en el cuerpo. Se fabrican con elementos de Kevlar o Twaron. Estas fibras sintéticas de alta resistencia se tejen en múltiples capas que, al ser impactadas por un proyectil, absorben y distribuyen la energía cinética de la bala, impidiendo que perfore el chaleco. Son ligeras y flexibles. También se usa UHMWPE comercializados bajo nombres como Dyneema y Spectra. Se utilizan en capas unidireccionales o tejidas, proporcionando una protección superior con menor peso. En ocasiones se usan materiales cerámicos o polietileno de alta densidad (placas duras) para proteger contra proyectiles de mayor calibre (como los de fusil y perforantes). Estas placas están hechas de materiales como óxido de aluminio, carburo de silicio, carburo de boro (cerámicas) o polietileno prensado. Son capaces de deformar y fragmentar la bala, distribuyendo la energía en una superficie mayor antes de que la energía residual sea absorbida por las capas blandas del chaleco.

·         Chalecos anticuchillo (anticorte/antipunzón): se diseñan para proteger contra el ataque con armas blancas, como cuchillos, punzones o navajas. La amenaza principal no es la energía cinética de un proyectil, sino la capacidad de un objeto afilado o puntiagudo de cortar o perforar. Suelen fabricarse con mallas metálicas que también se usan contra el ataque de tiburones, con fibras aramídicas que, aunque también se usan en chalecos antibalas, en los chalecos anticuchillo se tejen de una manera diferente o se combinan con otros materiales para maximizar la resistencia al corte y la perforación. Las fibras suelen ser más gruesas y tejidas en patrones específicos que dificultan el paso de una hoja. También son efectivos los polietilenos y los materiales laminados y compuestos con capas de fibras de vidrio, plásticos rígidos o resinas especiales que endurecen la estructura y previenen la penetración. Algunas tecnologías recientes exploran el uso de nanotubos de carbono para mejorar la resistencia.

·         Chalecos antifragmentos: protegen contra la fragmentación de explosiones (esquirlas, metralla) o proyectiles de baja velocidad. Son comunes en entornos militares y en desactivación de explosivos. De nuevo se confeccionan con fibras aramídicas o UHMWPE como principales componentes, ya que su estructura multicapa es muy efectiva para atrapar y detener pequeños fragmentos a alta velocidad.  Menudo incorporan placas duras extraíbles.

·         Chalecos multirriesgo o multipropósito: son los más comunes hoy en día en fuerzas policiales, ya que combinan la protección balística, anticuchillo y antifragmentos en un solo diseño, lo cual se logra mediante la combinación estratégica de los materiales mencionados, como capas de aramida con refuerzos específicos contra el punzón o placas balísticas removibles para aumentar el nivel de protección cuando sea necesario.

Tradicionalmente, los chalecos de protección corporal se diseñaban con una forma genérica, lo que resultaba en incomodidad y menor efectividad para las mujeres, dada la diferencia anatómica entre hombres y mujeres. Si bien los chalecos masculinos suelen tener un diseño más recto y voluminoso, no consideran la curvatura del pecho femenino. Pueden ser largos, llegando a dificultar el acceso a los equipos del cinturón de dotación.

La principal diferencia de los femeninos radica en la forma del chaleco, pues están diseñados para adaptarse a las curvas del cuerpo de la mujer, especialmente en la zona del pecho y la

cadera, lo que obliga a incorporar paneles balísticos preformados o con cortes específicos que evitan la opresión y permiten mayor libertad de movimiento. Suelen ser más cortos y anchos en ciertas zonas para acomodar el busto sin sacrificar la cobertura de los órganos vitales.

Los chalecos incorporan cada vez más ajustes, velcros y puntos elásticos para asegurar una adaptación ceñida y cómoda, evitando que el chaleco se mueva o se suba/baje durante el uso. El objetivo es mejorar la comodidad y la capacidad de uso a largo plazo, ya que un chaleco mal ajustado puede ser incómodo, restringir el movimiento y, en casos extremos, comprometer la protección.

Afortunadamente, España cuenta con excelentes fabricantes y distribuidores especializados en una amplia gama de productos destinados a garantizar la seguridad y salud del combatiente. Esto incluye calzado de seguridad, protección respiratoria, auditiva, visual, guantes, rodilleras, vestuario de alta visibilidad, y protecciones específicas para riesgos particulares, como es el caso de cascos y chalecos.

FECSA

La Fábrica Española de Confecciones es una empresa de larga trayectoria, dedicada a la fabricación de vestuario laboral, corporativo, y para las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad. Se enfoca en la confección de uniformes técnicos y de protección, incluyendo prendas ignífugas, con protección balística y membranas impermeables. Destaca por su inversión en I+D+i, desarrollando sistemas avanzados de seguridad para prendas técnicas y cascos. Han desarrollado chalecos con airbag y trabajan en tejidos regeneradores con propiedades cicatrizantes, antibacterianas, repelentes, ergonómicos y transpirables. Muestra un compromiso con la sostenibilidad en sus procesos de producción. Se ubican en San Sebastián de los Reyes (Madrid). En mi paso por el INTA, tuve la oportunidad de trabajar en el desarrollo y homologación de nuevos cascos de combate y en el ensayo de nuevos chalecos y placas balísticas de protección, incluyendo ensayos como la degradación por rayos ultravioletas, retención de agua tras la inmersión, caracterización balística, etc., siempre con buenos resultados.

Los cascos fabricados por FECSA (COBAT, COBAT-01, V6, ACH HC/LC, Tank Helmet…) adquiridos por las Fuerzas Armadas españolas se caracterizan por resistir impactos de proyectiles de diferentes calibres (como 9mm, .357 Magnum, .44 FJ) y fragmentos, cumpliendo normativas como NIJ 0106.1 y STANAG 2920 ED.2. Cuentan con un sistema de almohadillas multicapa internas que amortiguan impactos a baja velocidad y ofrecen confort. También pueden fabricarse en tallas diferentes. Incorporan un barboquejo y es compatible con monturas NGV (Night Vision Goggles) y raíles laterales que permiten la conexión de aparatos de visión nocturna y otros accesorios (linternas, cámaras, etc.).

ITURRI

Proveedor integral de seguridad, se trata de una empresa con amplia experiencia en el suministro de vestuario laboral, calzado de seguridad y todo tipo de equipos de protección individual. Ofrece una gran variedad de vestuario laboral y equipamiento para diversos sectores como industria, bomberos, militares y fuerzas de seguridad, emergencias y sanidad. Cuentan con su propia marca, KINGSMANN by ITURRI, que ofrece vestuario de protección, seguridad y uniformes corporativos diseñados, desarrollados, fabricados y certificados por ITURRI. Además de la fabricación y distribución, ofrece servicios de renting y gestión integral del vestuario y EPIs, incluyendo la distribución a través de taquillas personalizadas, lavado y mantenimiento. Trabaja con colaboradores de primera línea como 3M, DuPont y Gore para ofrecer soluciones innovadoras y de alta calidad. Con Iturri apoyé en el INTA el desarrollo de ropa interior y tejidos para uniformes antifragmentos, un proyecto que exigió contar con innovadores medios de ensayo para verificar la bondad del producto.

FEDUR

Fundada en 1960 y sede en Cuarte de Huerva (Zaragoza), su actividad principal es la fabricación de material de protección personal, policial y militar. Aunque no se especializan en vestuario laboral en el sentido amplio para todas las industrias, tienen una importante presencia en la fabricación de uniformes técnicos y equipos de protección individual específicos para fuerzas de seguridad y militares.

GAHN

GAHN Logística Gestión y Consultoría, S.A. es una empresa que ha crecido a partir de su fundación como Vahn y Cía Consultores S.A. y posterior cambio de denominación. Aunque en el pasado tuvo una participación clave en el sector del vestuario laboral y los equipos de protección individual, su actividad principal se centra hoy en la gestión integral de proyectos llave en mano, logística y consultoría.

En relación con uniformes y EPIs, lo más relevante fue su participación en la UTE (Unión Temporal de Empresas) para el suministro de vestuario y equipos al Ejército de Tierra. En este contexto, GAHN se encargaba de la gestión del almacén y la distribución de los diferentes artículos que componen los equipos básicos, de combate, complementarios y de trabajo para el personal del ejército. Desarrollaron una útil aplicación para la gestión de los suministros a cada soldado. Cuenta con una división social (GAHN Nest) para apoyar a fundaciones y organizaciones sociales. En resumen, si bien GAHN tuvo un papel importante en la logística y distribución de uniformes para el ejército español en el pasado, actualmente su estrategia corporativa se centra en la diversificación de su actividad hacia sectores y trabajos de mayor valor añadido.


Imágenes: Google images

 
 
 

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